La Hoja – Yátova

José Luis Torner, el cura, a finales del año 1976, nos invitó a un grupo de jóvenes a continuar la labor que venía realizando al dejar todas las semanas en los bares de Yátova una serie de revistas: Cambio16, Triunfo, etc., para mejorar los hábitos de lectura en la población y de paso “concienciar” sobre los cambios que se iban produciendo en nuestro pueblo con el inicio del proceso democrático.

La confección de La Hoja se inicia después de una primera publicación de lo que fue casi una “hoja parroquial” y que se asemejaba más a un panfleto que a lo que posteriormente se fue, año tras año, construyendo, hasta que, por cansancio y tensiones tanto internas como externas, se dejó de publicar ya a finales de 1981. Fueron casi 6 años interrumpidos únicamente por paréntesis debidos a diferentes situaciones personales y, sobre todo, por la falta de “artículos” que durante algunos periodos de su publicación se solicitaban todas las semanas.

La Hoja se repartía casa por casa y subsistía gracias a las aportaciones del vecindario y de la colaboración desinteresada de personas más mayores como el Tío Quique (Enrique Llopis) o Juanito Motosierra (Juan Miralles) y al trabajo desinteresado de toda una serie de jóvenes y adultos: hay que destacar, en primer lugar, a Jorgina Gil, Juan Miralles (hijo) y además a Loli Grau, Chelo Piles, Pepe Herrero, Vicente Roser, José Modesto Castillo, Amparo Zahonero, Hermelando Burriel, José Luis Castillo, Eduardo Roser, Paco Ximo, Pepe Lisarde, Pepa Celda, Pepa Ramis, Pepe Gil, Isidoro Navarro, Mireya Roser, Carlos Navarro, Ricardo Tarazona, José Miguel Grau, a las trabajadoras de la farmacia, Vicenta y Consuelin, a Ernesto Garijo (médico) y a muchos más a los que ruego mil disculpas si no aparecen en esta relación.

Agradecer también a las/los responsables de la Escuela Pública, con Araceli como Directora a la cabeza, que durante años sirvió como punto de encuentro y realización de La Hoja poniendo a su servició la “Gestetner” con la que se llegaron a publicar hasta 650 números semanales.

Recordar, también, que si esta colección queda hoy grabada para la historia es gracias a Rafael Juanes Burgos, Juan Miralles (hijo), el Tío Quique y a todas las personas que tuvieron el detalle de “coleccionar” La Hoja. En este caso, mi aportación ha sido recuperar números que también tenía y mantenerla como el “gran recuerdo” que todos y todas podemos tener de esa época e invitar a los más jóvenes a su lectura que, seguro, les servirá para entender algunas de las situaciones que vivieron sus padres y madres y del legado que toda una serie de personas intentaron realizar para la mejora de su vida y la de nuestro pueblo.

Espero que su lectura sea de vuestro agrado ya que del mío lo ha sido a lo largo de los años, salut!

La Font de la Figuera, novembre 2022
VICTOR FERRER I HERNANDEZ